La noticia de la que menos me apetece hablar en la radio o en la tele y escribir en los periódicos y en las revistas es de pilotos fallecidos.
Y en el motociclismo se dan casos de vez en cuando, vaya si se dan. En mi época de enviado especial a los GGPP, desde finales de 1999, hemos perdido a Daijiro Kato, Shoya Tomizawa, Marco Simoncelli y Luis Salom. Una faena enorme en cada uno de esos casos y que aún me dan ganas de llorar cada vez que recuerdo alguno de ellos, por la relación personal que va más allá de sus hazañas deportivas.
Pues bien, recuerdo a este respecto las palabras de un jefe mío que decía, sin escrúpulos, que “a las motos, como a los toros, de vez en cuando les viene bien un muerto, para que la gente se dé cuenta del peligro que corren…”. Así de crudo, así de asqueroso y, lo peor de todo, tal vez así de cierto en algunos casos.
Saco a colación todo esto para resaltar la suerte que tuvimos todos los que amamos las carreras de motos, y en especial Valentino Rossi y Maverick Viñales, del milagro que supuso que ambos salieran ilesos del accidente habido en el GP de Austria del pasado 16 de agosto. Johann Zarco y Franco Morbidelli se fueron al suelo tras hacer el afilador (la rueda delantera del italiano tocó la trasera del francés) y sus motos se dirigieron como dos auténticos proyectiles contra El Doctor y Mack, con los que no impactaron de purito milagro…
Aún pone la carne de gallina pensar qué hubiera sido de ellos en caso de impacto, porque hubieran sido destruidos, seguro, y sigue dando pavor las numerosas repeticiones de la Ducati de Zarco pasando por encima de Maverick y la Yamaha de Morbidelli rozándole el bigote a Valentino. Pero felizmente no pasó nada, como tampoco al domingo siguiente, cuando de nuevo Viñales se quedó sin frenos en su M1 a 220 por hora y se tiró de su moto en marcha sin que le pasara nada. Otro milagro.
Como dijo Rossi después, el Santo de las Motos había tenido mucho trabajo ese día y lo había sacado adelante. Eso en clave creyente y, para los que no, la conclusión de que cuando no toca, no toca. Todos tenemos un día escrito y el 16 de agosto de 2020 no era el de Rossi y Viñales. Menos mal.
MELA CHÉRCOLES
Todo piloto o motociclista sabe que al subir a su moto y empezar a correr o circular asume el riesgo de caerse, o de que lo tiren , después los factores externos que te sucedan ( si tienes la desgracia de caer, cosa que a todos nos a pasado o nos pasara ) es algo que en circuito es mas controlable, pero como vimos siempre mejorable, por suerte esta vez quedo en un gran susto.
Un saludo.