Prueba en ruta – Harley-Davidson Sportster XR 1200

Full Power 

La estela de la XR 750 -principal bastión de H-D en competición- es seguida por este nuevo producto. La XR 1200 es sobre todo potente, ágil y ligera. Además aporta nuevos ingredientes en la cocina de Milwaukee. Texto de ChopperOn publicado en mayo de 2009.

Video Harley-Davidson Sportster XR 1200 – Prueba


De lo que vamos a hablar aquí es algo realmente nuevo en Harley-Davidson y comercializado en Europa antes que en Estados Unidos. La XR 1200 proviene de la XR 750, moto galardonada con miles de trofeos en las carreras de derrapaje de las pistas ovales en USA. Hay dos detalles que la unen con el resto de gama de Sportster: su motor de 45o en V refrigerado por aire y su chasis -tubular- de doble cuna.

La Harley-Davidson XR 1200 (2009) proviene de la XR 750, moto con miles de trofeos en las carreras de derrapaje de las pistas ovales en USA.

Claras diferencias

Para empezar. 90 CV. Mucha potencia. Nunca vista en una Sportster de serie. Y como dice el lema publicitario, “la potencia sin control no sirve de nada”. Pues toma control: horquilla invertida y doble disco de freno delantero con cuatro pistones. Atrás, uno flotante.

La refrigeración por aire clásica de los motores de H- D en este caso llena una entrada forzada y en un lugar poco habitual como es la parte inferior del depósito de combustible. Otro elemento inédito en la H-D de serie es un radiador de aceite en la parte izquierda del chasis.

Presume de 90 CV, que es mucha potencia, nunca vista en una Harley-Davidson Sportster de serie.

Sobre su manillar tienes dos elementos nunca vistos antes: un cuenta revoluciones como protagonista y un marcador de velocidad exclusivamente en versión digital. Ambos de fácil lectura. Algo más abajo está el tapón de combustible, de referencias deportivas (sin llave) incrustado en un depósito que no es metálico (me cuesta escribir aquí la palabra plástico).

El entorno negro, que domina los productos Harley Made in Europa, en esta moto hacen mella: manillar, controles de las manos, retrovisores, carcasa de intermitentes…

La postura de conducción incorpora unos mandos atrasados, también únicos en las de serie.

El escape está acabado en un aluminio satinado muy bien resuelto, aunque con un tamaño desmesurado.

Los neumáticos son unos Dunlop Sportmax Qualifier (120/70 R18 M/C 59W y 180/55 R17 M/C 73W) de gran agarre. Van montados en unas bonitas llantas de tres patas dobles.

El asiento del piloto es cómodo y eficaz, mientras que el acompañante sufre el rigor del minimalismo. Debajo de éste hay una práctica guantera.

Es una moto para uno, rápida, divertida y muy potente. ¡Full power!

De ruta madre

Dos significativos ríos españoles conforman esta ruta. Y dos ciudades con su apellido. Aranda de Duero y Miranda de Ebro.

La ruta consiste en evitar la A1 que las une de forma rápida. La nuestra fue por un trazado mixto. Al principio el asfalto es bueno, algunas rectas majestuosas y unas curvas sorprendentes. Todo esto entre pueblos que merecen visita, como Peñaranda de Duero (castillo impresionante) o Coruña del Conde, con un avión monoplaza de combate.

Hasta Salas de los Infantes la ruta no tiene complicación, excepto un cruce en la N-234.

Tras la noble ciudad, la cosa se enreda por la Sierra de la Demanda, donde el firme deja de serlo, pero el paisaje mejora notablemente por la CL-113 de la que hay que desviarse en un cruce que lidera a un espectacular entorno. En Pineda de la Sierra zampamos un “bocata chorizo”. Bordeando el río Arlanzón hasta que llegas al embalse homónimo. Pineda de

la Sierra es parada obligatoria para ver el puente de piedra y su entorno. Pradoluengo cierra

la zona de curvas con una a izquierdas de bello entorno urbano. Rectas rodeadas de cultivos y entramos en Navarra.

Tormentos nos hace gracia. Sajazarra nos dejó atónitos con su cuidada arquitectura. Llegamos a Miranda de Ebro y apagamos la cámara.

Regreso
Evidentemente esta ruta es consecuencia de la anterior. Se comienza a 21 kms de Miranda. En el pueblo alavés de Sobrón. Dicen que el hijo de Don Pelayo (Favila) mató un oso allí. No me extraña. La carretera que bordea el Ebro y el pantano es una delicia: curvas, túneles a un lado el embalse y por detrás, bosques encaramados a montañas. Al otro, una pared de piedra que separa la serranía de ti. Dirección Trespaderne. A la altura de Quintana Martín Galíndez conviene desviarse un poco (11 kms), y visitar Frías.

Un pueblo aupado a una roca enorme, en un valle de ensueño medieval. Botellín y fotos.

En Trespaderne abandonamos al río con nombre de camión. Nofuentes, Medina de Pomar, Bercedo y enseguida Cantabria, que nos recibe con un espectacular puerto de los Tornos. ¡Qué lástima no poder volar! En Lanestosa volvemos a pisar País Vasco. Y tienen Mahou. En Ramales nos desviamos para pillar el Puerto de Alisas. Muy recomendable.

La bajada es subyugante. En Solares se acabó el juego. De momento. La autovía nos recordó en qué mundo vivimos, pero la entrada a Liencres por Bóo de Piélagos y la brisa del mar nos sacó un gesto de satisfacción.

Fotos Harley-Davidson Sportster XR 1200

@nacho.mahou fotos: ricardo.conejos


Video Harley-Davidson XR 1200 X – la hermana

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