Entrevista con Mao de Mao&Cathy Tattoo Parlor

Mao conoce a Cathy en Lausanne, Suiza, y ahí empieza todo. Basados en el amor y pasión por la cultura de la moto. El interés por el tatuaje, ya que les apasiona  dibujar. Son pioneros en tatuar en España, en equipamiento y maquinaria. También en convenciones y otros adminículos. Y un motorista desde que la Old School era simplemente School.

ChopMag.- Bienvenido a tu sofá, Mao. ¿Qué personas han pasado por esta sala, por este local?. Estamos en Luna 7. Que además es el nombre de una misión no tripulada de la NASA en 1965.

Por aquí sí que ha pasado gente, pero más por el local de la calle Corredera Alta de San Pablo, 6. Nos han visitado futbolistas, cantantes, todo el mundo. Del cine… y de las motos, cómo no. 

ChopMag.- Tus orígenes están marcados por varios lugares: Lausanne, Ibiza, Rota, Cerdeña, Cartagena. Todos en ciudades con puerto. ¿Cómo nos lo explicas?

Para alguien que le gusta más la montaña que el mar es inexplicable. Mis padres emigraron a Lausanne, al borde de un lago. Viví allí 24 años, mis padres se jubilaron y regresaron a España. Después conocí Ibiza, a través de una película que se llama “Amor” donde un alemán se engancha a las drogas. Y me dije “yo tengo que ir allí”, porque me encantaron los paisajes que aparecen. No tenía ni 18 años cuando llegué. Fui en autostop desde Suiza, no tenía ni idea de cómo llegar. Fui a Alicante a pillar el barco. Fue una época de hippies, las calles sin asfaltar; así que me enamoré de la isla. Toda mi vida pensé en acabar mis días en una casita de Ibiza. Pero ahora se ha vuelto una locura.

Entrevista con Mao de Mao&Cathy Tattoo Parlor

ChopMag.- Y luego recalas en una villa alejada 300 kms del mar (Madrid) ¿Cómo se entiende?

Yo he nacido en Madrid, en Cuatro Caminos, más centro es imposible. Somos de barrio, cuentan más que la ciudad en sí misma. Luego estuve viviendo en pueblecitos pequeños, que me gustaban. Madrid me agobiaba. Pero decidí volver a casa, con pocas ganas. Menos mal que lo hice, porque me ha ido de maravilla.
Soy más de montaña. Como dice la canción, en el mar es donde follan los peces. 

ChopMag.- Explica en breves palabras qué es el proceso de tatuarse, porfa.

¿Cómo la gente llega a tatuarse? En aquella época se tatuaba la gente un poco particular, los que se auto-marginaban. En mi primer estudio lo hacían peña como un multimillonario, o un chulo y sus chicas, camellos; gente con dinero. Dinero sucio. La relación con el tatuador era bastante íntima. Nos contábamos historias, un “Tattoo Parlor”. Tanta confesión que hasta tuve la idea de hacerme cura o algo así, ja, ja, ja. 

ChopMag.- Fuiste un pionero con los estudios de tatuajes, material, convenciones… y ahora nos sorprendes con algo nuevo. Eres incansable, sigues siendo pionero.

No te puedes parar, tengo 68 años y si te paras te mueres. Soy motorista y me quiero morir con las botas puestas. Y meterme en líos y salir de ellos lo mejor posible. 

ChopMag.- ¿Cuándo sentiste que el tatuaje deja de ser marginal? Se ha convertido en una prenda más; ropa ultra interior.

Sí, hoy en día cambiar de calzoncillos no importa nada. La palabra auténtico no me gusta para definir nada. Antes había una razón para tatuarte, y no era por moda. Hoy lo es, para bien y para mal. No todos los que lo hacen son tatuadores, eso se lleva dentro. Es como los que tienen una Harley, no todos son motoristas.
Nosotros hemos vivido otra época de eso. Y eso que hoy hay un nivel de tatuadores en España acojonante, muchos de los mejores provienen de España. Cuando llegué a nuestro país, me sorprendí, no había visto tanta gente pintando o dibujando por las calles. Pero el problema es que aquí, el arte -o artesanía- no se valora. 

Entrevista con Mao de Mao&Cathy Tattoo Parlor

ChopMag.- Tienes una colección tremenda de piezas de arte en tu estudio de la calle Luna 7, qué piezas destacarías?

Es una buena parte de mi colección privada, tengo cientos de maquinas de tatuar de los 40-50, un poco de todo. No soy coleccionista, soy un yonki, tengo más de 100 máquinas de tatuar en cajas de cartón. Me dice mi mujer ¿sabes que tienes ahí un montón almacenado? “Sí, y algunas valen una fortuna…” afirmo. Veo una cosa y la compro. Me gusta también mucho la fotografía, más que la pintura. Ya has visto la colección, hay piezas muy bonitas. Están expuestas fotos de Alberto García Alix, Chris Wobreski… 

ChopMag.- Sobre la ancestral técnica del tatuaje tradicional tahitiano, qué nos pides explicar a los profanos.

Tengo tahitiano (por mi “parahata” Chime) y samoano, por el maestro Paulo Sua Sulu’ape, también tengo japonés (por Horitoshi1 de Tokyo). Me interesa mucho volver a esos orígenes, que lo hemos perdido. En Noruega se hacen tatuajes vikingos a mano, cosas increíbles. Parecen realizados a máquina. El mío me lo hizo Tor Ola de Noruega.

ChopMag.- El Martillo de Lucifer, con Alberto García Alix, Ambite, Ana Matías, fue una gran época?

Eso me decidió a venir a Madrid, me invitaron a la apertura de El Martillo de Lucifer. Me iba a quedar unos días y me quedé 14 meses. Menuda apertura hicimos, ja, ja, ja. Para el primer fotógrafo que posé en España fue para Alberto.

ChopMag.- Vamos con las motos. Sabemos que te gustan los choppers, las Harley. ¿Cómo fueron tus inicios?. 

Entrevista con Mao de Mao&Cathy Tattoo Parlor

Empecé en 1973. Me compré mi primera moto, era un Electra del 71. Antes tuve una Guzzi California, lo más parecido a una Harley, en Milán; en la Piazza Gramsci, en un taller de dos viejecitos. Luego me llamó uno de ellos que si sabía de alguien que quisiese una Harley, recién llegada al taller. Dos días más tarde cogí el dinero y me compré mi primera Harley.

ChopMag.- ¿Vas en moto todos los días?

Sí, tengo una Harley-Davidson Street Glide de 2006, que es la que uso. Y dos Softail, una Dyna, dos Sportster y… cositas. Ya te dije hace años, dos motos y un solo culo, es un poco tonto. Estoy en proceso de venta, ya he vendido una y apalabrado otra,

ChopMag.- Me encanta la auto definición de motorista masoquista, y las otras clasificaciones. Puedes explicarlo porfa.

Las Harleys de la época, las Shovelhead tenían muchos problemas con las piezas y había que ser masoca. Entiendo a aquel que vendió la Electra del 71 y compró la Guzzi, ja, ja, ja.

Conozco gente que vendió su Shovel y se compró una Honda.

ChopMag.- Tienes una página web suprema http://maoandcathy.com/  Guarda un secretito, ¿no? 

Sí. La web, como dices es bonita, ha ganado premios. La ha construido con mucho amor mi hijo, es creativo, hace pan de oro, rotura vitrinas, y trabaja por todo el mundo. Y da cursos de eso mismo a sus alumnos.

ChopMag.- ¿Cómo te llevas con las nuevas tecnologías?

Yo, fatal.Tengo un iPad para jugar al solitario y ver los correos. Pongo muchas Apps y uso dos. 

ChopMag.- ¿Qué música escuchas, cuales son tus preferencias?

Ahora escucho música cuando voy en el coche. Cargo el dispositivo electrónico. Hace dos semanas me he puesto Spotify en el teléfono. Escucho muchas cosas, mi hijo conoce el rap hispano, porque yo lo hice. También me gusta el heavy metal, y mucha canción francesa, me gusta su poesía. Desde Rammstein a Jacques Brel, una gama grande. 

ChopMag.- Preséntanos tu más reciente proyecto, a la gente le va a encantar. Es algo innovador.

Éstas son las primeras zapatillas tatuables que existen en el mundo. Es una idea española, de tres personas, que se llama Onzs; con Jordi, Edi y Victor. Una empresa para distribuir esto en todo el mundo. Antes algunos tatuadores pintaban calzado, ahora es un paso definitivo, van tatuadas. Es una piel sintética que se asemeja a la piel normal. Es un paso donde los artistas pueden expresar su trabajo. Estas dos zapatillas que tenemos aquí delante es un homenaje a nuestras motos, en una está William Harley y en la otra Willie G. Davidson. El primer mecánico de H-D y el que diseña las novedades de la marca. 

Zapatillas tatuadas

@nacho.mahou

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.