El copón de la amargura
Este es otro ejemplo de que el teletrabajo puede ser una labor completa y satisfactoria aún con los condicionamientos de la distancia social. Jose Cepas nos pasa las fotos de la moto Built for Speed realizada en Greasy Bobber. Nos ponemos al habla con Sergio Bernabéu y nos explica los detalles de su construcción.
“La moto cumple con lo que indica su nombre: Hecha para ir rápido” asevera Sergio. Fue un encargo de César de Costa Este Molding, una afamada empresa dedicada a hacer asientos de moto. “César es un apasionado de las carreras de dragsters, de motos y coches, aceleración…lo que le gusta es el gatillo”. El cliente consigue un Shovel del 72 que se encontraba en estado lamentable y decide quedarse con el motor únicamente, que también se encontraba en malas condiciones. Así que a reconstruirlo en las instalaciones de Greasy Bobber.
César consigue un Harley-Davidson Shovel del 72 que se encontraba en estado lamentable y decide quedarse con el motor únicamente
La idea primigenia era hacer una moto rápida con aceleración y con toque chopper retro. Se buscó un cárter, porque no servía el de origen. El motor se potenció a 1.500 cc, árbol de levas, cigüeñal, carburador S&S, bielas… “el copón de la amargura, tío”. Todo de carreras. La caja de cambios se aprovechó cambiando el desarrollo. Mucha potencia bruta para cuatro marchas. La transmisión primaria se soluciona con una en seco, de correa fina y un embrague Barnett. Manteniendo la tapa original, recortada y perforada. Customizada.
Parte ciclo
El chasis es un Paughco, rígido. La horquilla proviene de un Evo de mediados de los 90. El conjunto promete y se va acercando a la idea conjunta de Sergio y César. Las llantas son unas Invader de Chica’s Custom Cycles, compradas previamente por el taller de Murcia, esperando un proyecto donde participar. “Le van como anillo al dedo; clavadas” descubre Sergio.
La horquilla proviene de una Harley-Davidson Evolution de mediados de los 90. El conjunto promete
“Fabriqué un colín monoplaza, tipo carreras, pegado a la rueda trasera; amorraete”.
Posteriormente se situó un depósito de combustible de Sportster, pero no quedaban bien a los ojos del autor. Así que decidió cortarlo por la mitad y hacer dos partes. Situados a cada lado de la viga central del chasis, permitiendo contemplarlo. El acabado de las piezas restantes de la carrocería -junto al tanque de combustible y colín-, depósito de aceite y tapas del motor se remataron en níquel satinado para ofrecer un aspecto inédito.
Con el chasis había que hacer algo para que destacase y el customizador se decantó por el verde oliva. “Me molaba mucho ese color, me recordaba el de un Seat 131 Supermirafiori de un tío mío, super chungo”. Junto con el pintor, se encontró el tono buscado y se aplicó el pigmento.
El manillar remató la obra con aspecto de carreras de board track, estilo antiguo, con unas manetas de Custom Tech, muy clásicas y muy apropiadas. El escape fue la guinda, realizados en aluminio, corto y apuntando al suelo. “Mucho rock and roll en la moto, muy guapa quedó” aporta Sergio.
“Mucho rock and roll en la moto, muy guapa quedó” aporta Sergio.
Esta belleza se presentó en Mulafest Madrid en su primeras ediciones donde se llevó un galardón. Solo se hizo una sesión de fotos, ésta que ves, precisamente. El cliente se la llevó a casa y no ha sido presentada en bike shows. “No soy muy de presentarlas en festivales, me mola que le guste a la gente, es suficiente. Presentarla a muchos sitios me agobia”.
A nosotros nos ha molado mucho. Pero mucho.
Recomendamos dos temazos para la admiración de las fotos de esta maravillosa construcción: si eres de rock británico duro: Motorhead – Built for Speed (Live 1988)
Si prefieres un toque más rockabilly de Massapequa: Built for Speed – Stray Cats (Live 1983)