Accesorios útiles.
Toca salir con la moto para un viaje largo. Es posible, probable (casi seguro), que sufriremos algún pequeño percance mecánico. Sí, por mucho que hayamos revisado, cual ingenieros aeronáuticos, nuestro hierro. Terminaremos diciendo eso de: “¡Jodó, 20.000 kms sin un problema y justo ahora esto!” Es el tal Murphy, o el karma, o que San Tubarro pasa de tu culo. Pues hay que repararlo para poder tirar pa’lante. Necesitaremos un kit de supervivencia y truquillo. Y es que no lo podrás fiar todo a encontrar un taller, porque ya no estamos en los 80 que siempre había una trastienda llena de cajas de repuestos y un mecánico capaz de adaptar el piecerío disponible para una buena solución de fortuna. Ahora todo es la odisea de un proveedor, una logística chunga y unos recambiadores donde antes había un McGyver.
1.- En lugar que no moleste llevarás: una o dos manetas de recambio, un par de sirgas de acelerador y embrague para una sustitución rápida en ruta y algún relé de confianza y unas bombillas. Además de la típica pieza tocahuevos de tu moto.
2.- En otro rincón de tu equipaje, donde no incordie pero accesible, guardarás unas herramientas mínimas, acordes a las peculiaridades de tu moto. Por ejemplo, si llevas una inglesa, las medidas imperiales están disponibles en pocos talleres. Lleva herramientas de calidad y no una ful del carreful. Hay multiherramientas de bolsillo de gran calidad y, cuesten lo que cuesten, cuando todo vaya mal, vas a bendecir el gasto.
3.- Para recambios, un buen truco es el de un colega muy rutero que se fue a la Elefantentreffen con una Montesa Impala. Encima de una mesa, en casa, dejó ordenadas unas cajas prefranqueadas, marcadas cada una con un número. Él llevaba una lista en un papel con cada número de caja y su contenido. En realidad, aquellas cajas contenían otra moto entera despiezada. Cada vez que rompía, llamaba a casa, a su amiguita y le decía: la número 5 a lista de correos de… Llegó, gozó y regresó.
4.- Si lo tuyo es una moderna repleta de electrónica: ni herramientas, ni recambios ni pollas. Píllate un buen seguro. Y olvídate de aventuras.
Alex Tornasol
