Balfonek, una mente inquieta

Balfonek es un misterioso nombre que va subrayado en inglés en su imagen pública “Special Custom Creations”, “Creaciones Personalizadas Especiales” en cristiano. Para explicarlo mejor, Balfonek es un tornero de precisión y buen gusto y especializado, entre otras cosas, en piezas para motos, su pasión personal.

Balfonek

Entrevista a Balfonek

Chop Mag.- Hola Balfonek, gracias por tu tiempo para esta entrevista. En el pasado Salón de la Moto de Madrid nos encontramos y nos vimos personalmente. Un placer conocerte. Háblanos del “cacharreo”, que comentas en tu web [balfonek.es].

Para empezar, decir que el placer fue mutuo al conocernos en persona. Desde el primer momento me dio la sensación de hablar con un amigo de los de toda la vida. 

El “cacharreo” es algo con lo que creo que se nace. Es esa “voz interior” que no te deja estar quieto o tranquilo con lo que tienes delante. Me lleva “hablando” desde niño, daba igual que fuera un “Tente”, una vieja máquina de escribir de desguace o cualquier otro cacharro o juguete que llegara a mis manos. Había que desarmar para aprender cómo estaba hecho y volver a montar o, simplemente, modificarlo a mi gusto o sacar piezas para mis locuras. Lógicamente, con el tiempo, dejamos el Tente, Meccano o similar y los juguetes cambian, pero la “voz” y el espíritu es el mismo.

Balfonek

Chop Mag.- ¿Cuál es proceso de creación de tus piezas?

Depende del tipo de piezas. Algunas me las dan prácticamente definidas, aunque son las menos frecuentes.
Casi todo empieza por conocer la necesidad de dicha pieza, que es meramente funcional. 

Después, conocer más sobre el dueño si es el usuario final, o sobre cómo va a ser el diseño del vehículo que se está construyendo, para intentar hacer la parte ornamental que se integre en el resto del conjunto de la moto o coche.

Después toca la parte en la que se coge un papel y un lápiz para hacer un boceto de lo que quiero fabricar, una primera visión de la pieza.

En los últimos años me apoyo mucho en el diseño asistido por ordenador para presentar una visión aproximada y más fiel a la realidad al cliente. Ya que por desgracia no soy ilustrador (a los que admiro) y mis bocetos distan mucho de ser realistas.

Una vez con las ideas generales de diseño claras, empieza la parte más técnica de medidas y bocetos acotados para la posterior fabricación. 

La parte ornamental se termina de definir mientras fabrico las piezas, ya que los volúmenes y formas me dicen cómo ha de progresar la parte estética. Esas cosas en la pantalla de un ordenador o en el papel no se ven ni se sienten.

Balfonek

Chop Mag.- Lo que tú denominas “piezas con alma” ¿Qué es concretamente?

Es la denominación que le doy a mi forma de trabajar. Desde la concepción y diseño pienso en hacer algo único, poniendo en ellas algo de mí. Una a una, cada cual con sus marcas significativas de un trabajo mayoritariamente manual, como se hacían las cosas antes.

Me encanta el metal vivo precisamente por ese motivo, te deja ver esas pequeñas muescas que se crean al trabajar las piezas de forma individual; se les imprime carácter y autenticidad.

Chop Mag.- ¿Quién te encarga las piezas, cuáles son tus clientes habituales?

Lo cierto es que los clientes son diversos, rondan la mitad entre profesionales del sector y particulares que hacen sus propias modificaciones. 

Chop Mag.- ¿Te sigues formando actualmente?

Una de las maravillas de mi profesión es que la formación siempre es contínua; cada pieza es un nuevo reto y alimenta al autodidacta que llevo dentro. Además me gusta estar al día de nuevos materiales técnicos o recubrimientos superficiales. También me encanta descubrir viejas enseñanzas de otras disciplinas como forja, herrería… esos oficios que, por desgracia, están en decadencia y que me aportan muchos conocimientos válidos para mi profesión.
En otra rama más “moderna”, me sigo formando en diseño asistido por ordenador y nociones de robótica industrial, que siempre me ha apasionado.

Balfonek

Chop Mag.- Nos consta que te gusta el mundo del motor. ¿Cuáles fueron tus orígenes?

En mi familia siempre ha habido cierta cultura del motor. Mi abuelo materno, además de aficionado a cualquier cosa con motor, fue mecánico principalmente de camiones. De los que hacían las ballestas en la fragua o fabricaban el tornillo que se había roto.

Por otra parte, tuve la suerte que mis padres siempre estaban dispuestos a darse un madrugón de fin de semana para ir a ver un rally o la subida a un puerto. Por aquel entonces habían muchas pruebas de este tipo cerca de mi tierra natal, Ávila.

Chop Mag.- Y sobre la moto, que es lo que nos gusta más ¿Cómo fue tu trayectoria sobre dos ruedas?

Mi primer contacto con las dos ruedas fue de niño, en una moto casi de juguete, en unas vacaciones en la costa levantina. Años después tuve la suerte de poder impregnarme del olor a gasolina y aceite de un kart que tenían mis primos; dando vueltas en un descampado de un viejo campo de fútbol de tierra. Mis padres, aprovechando el “subidón” de aquel kart, me “sobornaron” para hacer la primera comunión y me compraron una pequeña moto de cross de, al menos segunda mano, con la que no me cansaba de hacer el cabra por el campo y quemar gasolina.

Tras unos años sin poder permitírmelo, decidí ahorrar algo de dinero y comprarme una “moto” de 125cc inyección para ir a trabajar por su bajo consumo. Lo que hizo que al poco la vendiera porque echaba de menos la sensación que daba un carburador. Así que me compré una Suzuki Bandit 600, regresando a la carburación que tanto me gusta. Después vino una SR250, Zephyr 750, GPX 750, KZ 400… a cada cual con más edad.

Chop Mag.- ¿Usas la moto a diario? ¿te gusta viajar en moto?

Siempre que puedo me desplazo en mi Bandit, es mi moto de uso de diario y, a día de hoy, la única apta para circular. Aunque cada día me gusta menos entrar en la ciudad, pero da igual si voy en moto o en coche, esto ya es otra cosa.

Por circunstancias de la vida he viajado poco en moto, aunque tengo buenos recuerdos de una escapada en solitario de 6 días. Muchos kilómetros por carreteras secundarias, la moto y yo. Ahora mismo si tengo algo de tiempo libre prefiero disfrutarlo en familia, lo que hace imposible viajar en moto, al menos hasta dentro de unos años.

Balfonek

Chop Mag.- ¿Hasta qué punto prefieres las motos café racer al resto?

Realmente no prefiero las motos café racer, pero sí me cautivó el concepto que encierra en él sus orígenes: transformar una moto de serie para hacerla más rápida. Actualmente se ha convertido en darle prestaciones cuidando la estética o solamente ésta. Este último aspecto es general a todas las “custom”, tengan el carácter que tengan.

Me encantan las motos, lógicamente tengo mis gustos, pero hay bobbers y choppers que me cautivan o street tracker que me enamoran. Cada estilo tiene algo especial.

Chop Mag.- Como aficionado a la lectura ¿Qué estilo o tendencia prefieres?

Últimamente mis libros de cabecera son libros técnicos, manuales… Pero de literatura propiamente dicha, siempre me han gustado los libros de mitología, especialmente la escandinava y la templaria. Ocasionalmente me gusta perderme por algún mundo fantástico de ciencia ficción.

Chop Mag.- Y sobre la música, nos consta que te mola. ¿Cuál escuchas más?

La música siempre ha sido parte importante de mi vida, bueno creo que en la de todos lo es. De niño tuve una buena ración de lo que se denominaba “rock nacional” de los años ‘60 y ‘70 (“Los Brincos”, “Los Bravos”…), con algo de “The Beatles”, “The Mamas & The Papas”…

Como todo va por épocas, tuve una temporada rebelde de punk rock nacional que derivó más tarde en metal y rock. Actualmente es lo que escucho, dependiendo del día o de la compañía, ya que a mi pareja sigue sin gustarle “eso del metal” y nos entendemos bien con el rock.

Chop Mag.- Te traes entre manos un proyecto solidario ¿nos lo compartes por favor?

Realmente yo solo colaboro en el proyecto “Blindly Solidario” con Juan Manuel de “Mely Aerografías”. Suya fue la idea y la iniciativa a través de Facebook, yo sólo intento darle un poco de visibilidad y vida, además de ayudar a Juan Manuel en lo que pueda.

Esta iniciativa me cautivó porque pretender hacer a través de arte custom y su vínculo con el mundo del motor, obras de arte para recaudar fondos destinados a asociaciones para la lucha contra el cáncer. 

Por regla general, todos los que pertenecemos de un modo u otro a este “submundo”, podemos presumir de tener un gran carácter solidario. Lo cual me enorgullece.

Balfonek

Chop Mag.- Gracias Balfonek, añade lo que desees y un saludo.

Sólo me queda daros las gracias por brindarme esta oportunidad de dar a conocer un poco más mi pasión y profesión de tornero-fresador mezclada con el mundo del motor en esta publicación. Todo un honor ya que soy un “feligrés” más, como vosotros soléis decir.
Un abrazo.

1 comentario en «Balfonek, una mente inquieta»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.